PEQUEÑO AMANECER

PEQUEÑA DAMA




Cómo pudo usted fijar en tan mezquino hombre, levantando aquellos ojos que nunca vieron, lo que yo ya vi.
Pequeña dama, usted que no ha vivido de los amores que yo he sufrido, ni de los desamores que he gozado.
Cómo podría yo, siquiera pretender asir, con mi tallo rosa, tan inocente flor.


Que aún no florece en este mundo tan chambón y jodido.
Pequeña dama enaltece el orgullo de quien ya creía moribundo dejabase arrastrar por las fauces del incordio y socavón, sabiéndose capaz de despertar en tan incipiente y noble sentimiento.
Yergue del purgatorio, vivo nuevamente, capaz e incapaz, útil e inútil, quien bajaba sin regreso surge y vuelve, sabiéndose aún con posibilidad de no morir en el olvido, octogenario agradece.
Por tan noble acción. Con un beso que usted nunca recibió.

Comentarios