" EXCEPCIONALMENTE "
Retraso Mental Infantil: Clasificación y Evaluación
Jhonathan Peñalva Castillo
Estudiante Psicologia Humana
Tacna,Peru
rino_castillo@hotmail.com
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA HUMANA
INTRODUCCIÓN
A través de la historia de la humanidad, el retraso mental ha
sido la causa más frecuente de limitación funcional en la población infantil;
así también abarca un amplio grupo de pacientes cuyas limitaciones en la
personalidad se deben, esencialmente, a que su capacidad intelectual no se
desarrolla lo suficiente para hacer frente a las necesidades del ambiente y
poder, así, establecer una existencia social independiente.
El
retardo mental es un trastorno que produce un notable impacto en la vida de un
individuo, su familia y la sociedad.
La
adaptación al ambiente está siempre afectada, pero en entorno social protegido,
con el adecuado apoyo, puede no ser significativo.
Puede acompañarse el retardo mental de cualquier otro trastorno
somático o mental. De hecho, los pacientes afectados de un retardo mental
pueden padecer todo el espectro de trastornos mentales, siendo la prevalencia
de éstos al menos tres o cuatro veces mayor que en la población general.
Es importante remarcar, además, que los retrasados mentales
tienen mayor riesgo de sufrir explotación abuso físico y sexual.
La esencia de este retardo mental es el Déficit intelectual
pero hay que tener en cuenta que la inteligencia no es una cualidad concreta
que afecta solo a los puramente intelectual o cognitivo sino que influyen en
toda la personalidad del individuo y a su vez, estará afectada en el Retardo
Mental.
SUMARIO
Definiciones
1. Clasificación
del Retardo Mental:
Retraso
mental leve
Retraso
Mental Moderado
Retraso
Mental Grave
Retraso
Mental Profundo
2. Evaluación
del Retardo Mental
Evaluación
de la inteligencia
Evaluación
de las habilidades de adaptación
Evaluación
Ecológico Comporta mental
c.1
FASE 1: Evaluación
c.2 FASE 2: Desarrollo de un currículo funcional
c.3 FASE 3: Análisis de la conducta
c.4 FASE 4: Evaluación Psicológica – Emocional
3 La
evaluación del retraso mental según la
AAMR
El enfoque multidimensional
Las cuatro dimensiones de la
evaluación
Dimensión I. Funcionamiento intelectual y habilidades adaptativas
Dimensión
II. Consideraciones
psicológicas y emocionales
Dimensión
III. Consideraciones
físicas, de salud y etiológicas
Dimensión IV. Consideraciones ambientales
RETARDO MENTAL:
1. DEFINICIONES:
La
definición de retardo mental ha experimentado numerosos cambios en los últimos
40 años, tanto en su terminología y los puntos de corte basados en el
coeficiente intelectual. (CI) como en la funcion del comportamiento adoptivo como criterio
diagnostico. Cada cambio es reflejo del esfuerzo realizado por parte de
diferentes disciplinas para mejorar la comprensión de la condición del retardo
mental.
El concepto de retraso mental ha estado tradicionalmente asociado al de déficit
intelectual o cognitivo, habitualmente expresado en términos de coeficiente
intelectual.
La
Definición más comúnmente admitida es la propuesta por AAMR "Retraso
Mental significa un funcionamiento intelectual general notablemente inferior al
promedio, que se presenta junto con déficit en el comportamiento adaptativo y
que se manifiesta durante el periodo de desarrollo"
2. CLASIFICACIÓN DEL RETARDO MENTAL:
Aunque la inteligencia es un concepto abstracto
siempre ha habido un interés en obtener pruebas fiables y con validez
suficiente para medirla. No entraremos aquí en un debate sobre los diferentes
tipos de inteligencia o si esta es una capacidad única o se descompone de
muchos factores independientes. Lo cierto es que, actualmente, son de uso común
para evaluar la Inteligencia aquellas pruebas que nos proporcionan un valor de
Cociente Intelectual (C.I.).
El C.I se ha calculado en base a dividir la
Edad Mental y la Edad Cronológica multiplicando su resultado por 100. A partir
de aquí se establece el punto medio en un resultado igual 100.
Hoy en día son las pruebas estandarizadas, con
los baremos correspondientes y con todas las garantías psicométricas, las que
establecen el valor del C.I. En especial las pruebas Weschler (WISC) en sus
diferentes formatos, son idóneas para efectuar la evaluación de la Inteligencia.
En base a estos resultados, los sistemas clasificatorios (DSM-IV y CIE-10) han
establecido los diferentes puntos de corte para clasificar la presencia y/o
magnitud del R.M., quedando establecidos los siguientes puntos de corte:
Retraso Mental leve............................ CI 69-50
Retraso Mental Moderado.................. CI 49-35
Retraso Mental Grave......................... CI 34-20
Retraso Mental Profundo.................... CI 20 a -
Retraso Mental Leve:
Supone el 85% de todos los retrasados y son
considerados como “educables”. En la mayoría de los casos no existe una
etiología orgánica, debiéndose a factores constitucionales y socioculturales,
por lo que suelen pasar inadvertidos en los primeros años de vida ya que su
aspecto físico suele ser normal aunque puede haber algún tipo de retraso
psicomotor. El retraso, se pone de relieve coincidiendo con la etapa escolar
donde las exigencias son mayores. Tienen capacidad para desarrollar los hábitos
básicos como alimentación, vestido, control esfínteres, etc., salvo que la
familia haya tenido una actitud muy sobreprotectora y no haya fomentado dichos
hábitos.
Pueden comunicarse haciendo uso del lenguaje
tanto oralmente como por escrito, si bien, presentarán déficit específicos o
problemas (dislalias) en alguna área que precisará de refuerzo. Con los
adecuados soportes pueden llegar a la Formación Profesional o incluso a
Secundaria.
En cuanto a aspectos de la personalidad suelen ser obstinados, tercos, muchas veces, como forma de reaccionar a su limitada capacidad de análisis y razonamiento. La voluntad puede ser escasa y pueden ser fácilmente manejables e influenciados por otras personas con pocos escrúpulos y, por tanto, inducidos a cometer actos hostiles.
En cuanto a aspectos de la personalidad suelen ser obstinados, tercos, muchas veces, como forma de reaccionar a su limitada capacidad de análisis y razonamiento. La voluntad puede ser escasa y pueden ser fácilmente manejables e influenciados por otras personas con pocos escrúpulos y, por tanto, inducidos a cometer actos hostiles.
Como se siente rechazado, con frecuencia
prefieren relacionarse con los de menor edad a los que pueden dominar. Los de
mejor nivel intelectual, al ser más conscientes de sus limitaciones, se sienten
acomplejados, tristes y huraños.
En la vida adulta pueden manejarse con cierta
independencia, trabajando en diferentes oficios con buen rendimiento en las
tareas manuales.
Retraso Mental Moderado
Representan el 10%. La etiología suele ser
orgánica por lo que presentan déficit somático y neurológico. A pesar de que
muchos de ellos pueden presentar un aspecto físico “normal”, los diferentes
déficit en el curso evolutivo se hacen patentes desde la infancia. En el origen
se especula con anomalías genéticas y cromosómicas, encefalopatías, epilepsia y
trastornos generalizados del desarrollo que comprenden el autismo y la psicosis
infantil. Pueden llegar a adquirir hábitos elementales que les permitan cierta
independencia pero deberán ser guiados en otras muchas facetas.
Respecto a su capacidad de comunicación puede
ser variable y va desde un continuo donde pueden expresarse verbalmente y
difícilmente por escrito a presentar serios problemas con deficiente
pronunciación y ausencia total de la capacidad para escribir.
Su capacidad intelectual es intuitiva y
practica. Pueden adquirir conocimientos pero se reducen a mecanismos simples.
Memorizados, con escasa capacidad para comprender los significados y establecer
relaciones entre los elementos aprendidos.
Pese a todo, son educables a través de
programas educativos especiales, aunque siempre se mostrarán lentos y con
limitaciones de base.
El carácter que predomina en estos niños es el
de la hipercinesia con aparición frecuente de rabietas. Les gusta reclamar la
atención del adulto y pueden utilizar cualquier método para conseguirlo. La
afectividad es muy lábil con manifestaciones exageradas de sus sentimientos,
pudiendo pasar de la búsqueda afectiva de un adulto a mostrar con él un
comportamiento desobediente e incluso provocador y agresivo.
Retraso Mental Grave:
Suponen un 3-4%. La etiología en estos casos es
claramente orgánica en su mayoría, semejante a la descrita en el Retraso Mental
Moderado pero con mayor afectación en todas las áreas tanto somática,
neurológica o sensorial, poniéndose de manifiesto un retraso general en el
desarrollo desde los primeros momentos de vida.
Adquieren mecanismos motores elementales y el
aprendizaje de hábitos de cuidado personal es muy lento y limitado, necesitando
siempre ayuda y supervisión. Los que llegan a comunicarse verbalmente, lo hacen
con pocas palabras o frases elementales con defectuosa pronunciación. Pueden
adquirir algunos conocimientos simples y concretos de sus datos personales,
familiares así como de objetos personales de uso habitual aunque estos
contenidos pueden no ser persistentes debido a su dificultad para fijarlos en
la memoria a largo plazo.
En la conducta destacan las crisis de cólera y agresividad por su falta de razonamiento, llegando a las autolesiones. Suelen ser frecuentes los trastornos de hábitos motores: chupeteo, balanceo, bruxismo, así como síntomas psicóticos: estereotipias, manierismos, ecolalia, etc.
En la conducta destacan las crisis de cólera y agresividad por su falta de razonamiento, llegando a las autolesiones. Suelen ser frecuentes los trastornos de hábitos motores: chupeteo, balanceo, bruxismo, así como síntomas psicóticos: estereotipias, manierismos, ecolalia, etc.
Estos niños deben acudir a los Centros de
Educación Especial donde pueden llegar a un nivel muy básico de aprendizaje
pre-escolar.
En la vida adulta pueden adaptarse a la vida
familiar y comunitaria, siempre de forma tutelada, pudiendo insertarse en
programas laborales de terapia ocupacional en tareas muy simples.
Retraso Mental Profundo:
Representan tan sólo el 1 o 2% del total de los
diagnosticados como retrasados. La etiología es siempre orgánica, produciendo
graves alteraciones en todos los niveles con una importante afectación motriz.
Dentro de esta categoría, a veces, se solapan
otros trastornos que pueden ser susceptibles de diagnóstico diferencial y en el
que el Retraso mental profundo es uno de sus síntomas. Nos estamos refiriendo
al Autismo atípico o a los diferentes síndromes genéticos que suelen cursar con
Retraso Mental (Síndrome de X Frágil).
Hay autores que establecen diferencias entre
dos tipos:
1- Tipo Vegetativo: Sólo existen reflejos primitivos
correspondientes a la fase senso-motora. Tienen graves problemas y enfermedades
somáticas. Siempre necesitará asistencia y cuidados médicos.
2- Tipo Adiestrable: Puede alcanzar algunas funciones elementales
motóricas y viso-espaciales, no llegando a desarrollar el lenguaje pero
pudiendo llegar a expresarse con algún grito o sonido o a comprender ordenes
muy simples
Antes de efectuar la evaluación deberá
procederse a recoger con detalle toda la historia evolutiva del niño con los
diagnósticos médicos, si los hay, así como las circunstancias pasadas y
presentes.
La aplicación de diferentes escalas para averiguar el nivel del desarrollo es importante en un primer momento. Dependiendo de la edad del niño podemos utilizar el Inventario de Desarrollo de Batelle (0 a 8 años), o las Escalas Brunet-Lezine (1 a 30 meses).
Otra forma de valorar el Retardo
mental, es a través del dibujo. La Copia de Figuras Geométricas, nos
proporciona una primera información para indicarnos su nivel mental.
Finalmente de los test de dibujo
como el Test de Bender, prueba de coordinación visomotora pero muy sensible
para detectar problemas de coordinación viso-espacial e incluso como indicador
de la posible presencia de trastornos neurológicos o emocionales.
EVALUACIÓN DE LA INTELIGENCIA:
Cuando se habla de
evaluación de la inteligencia suele referirse a determinar el CI. Esto responde
a los planteamientos clásicos, psicométricos. Dentro de estas pruebas se
encuentra las escalas de David Wechsler. Se puede utilizar
WPPSI en edad preescolar a partir de los 4 años y en edad escolar podemos
utilizar el WISC-R, WISC IV a partir de
6 a 17 años. Éstas nos van a proporcionar un valor de C.I muy fiable si la
prueba se ha efectuado correctamente.
Las Matrices Progresivas
de Raven escala especial a partir de 4 a 11 años, esta escala también se
utiliza para evaluar la inteligencia.
El test de Dominós (D48)
mide la inteligencia y la capacidad de abstracción a través de series lógicas
construidas con fichas de dómino.
En niños con dificultades en la
parte verbal, es importante complementar con pruebas meramente manipulativas o
que estén libres de la influencia del lenguaje. Se pueden utilizar, por
ejemplo, el Toni-2 que evalúa la inteligencia y está libre de la influencia
verbal.
EVALUACIÓN DE LAS HABILIDADES DE
ADAPTACIÓN:
La Escala de Madurez Social Vineland
(Doll, 1953) mide las habilidades de un sujeto para ocuparse de sus necesidades
prácticas en áreas como autoayuda, autodirección, ocupación, comunicación,
locomoción y socialización. Se puede utilizar con sujetos deficientes y no
deficientes con edades comprendidas desde 0 a 25 años.
La
Escala de Conducta Adaptativa de la AAMD se utiliza con sujetos institucionalizados que presentan
deficiencia mental, problemas emocionales y retardo en el desarrollo, de edades
entre los 3 y los 69 años. Mide las habilidades básicas de supervivencia y las
conductas desadaptadas. Es útil para describir la conducta de la vida diaria de
los sujetos y su adaptación social e interpersonal, pero se encuentra limitada
a sujetos institucionalizados.
Ambas versiones sirven
no solo para evaluar y diagnosticar al sujeto, sino también para desarrollar
planes educativos.
EVALUACIÓN ECOLÓGICO-COMPORTAMENTAL
La
evaluación ecológico-comportamental, es un análisis exhaustivo de lo que le
rodea, dedicado en principio para los alumnos de centros especiales, pero
teniendo en cuenta la tendencia actual a la integración consideramos
conveniente incluirlo como algo que el maestro ordinario debe conocer.
Los
individuos con necesidades de apoyo de tipo extenso y generalizado son aquellos
que presentan un grado mayor de deficiencias en distintas áreas de adaptación
social junta a mayores problemas de comportamiento. En la actualidad muchos de
estos alumnos reciben atención segregada en centros específicos, aunque se está
trabajando por una cada vez mayor integración.
Se trata
de un proceso en tres fases interrelacionadas. Cada una de ellas requerirá
distintos tipos de información del estudiante y de otras personas
significativas de su entorno, dentro de un proceso dinámico y flexible abierto
a la revisión y mejora.
Fase 1:
Evaluación
Su objetivo es identificar aquellas
tareas desarrolladas normalmente por los individuos con discapacidades severas
aún no ha conseguido dominar
DESCRIPCIÓN DE LAS HABILIDADES ADAPTATIVAS
1. Comunicación:
Habilidades que incluyen la capacidad de comprender y transmitir
información a través de comportamientos simbólicos (por eje. palabra hablada,
palabra escrita/ortografía, símbolos gráficos, lenguaje de signos) o
comportamientos no simbólicos (por eje., expresión facial, movimiento corporal,
tocar, gestos). La capacidad de comprender o de recibir un consejo, una
emoción, una felicitación, un comentario, una protesta o un rechazo.
2. Auto-cuidado:
Habilidades implicadas en el aseo, alimentación , vestido, higiene y
apariencia física.
3. Vida de hogar:
Cidado del hogar, preparación de comidas, planificación y elaboración de
la lista de compras, seguridad en el hogar, planificación diaria, la
orientación , el comportamiento en el hogar y en el vecindario, comunicación de
preferencias, interacción social, aplicación de habilidades académicas
funcionales en el hogar.
4. Habilidades sociales:
Relacionadas con intercambios sociales con otros individuos, incluyendo
el iniciar, mantener y finalizar una interacción con otros, reconocer
sentimientos, regular el comportamiento de uno mismo, ser conciente de la
existencia de iguales y aceptación de éstos, nivel de colaboración, hacer y
mantener amistades, afrontar las demandas de otros, entender el significado de
la honestidad, autocontrol de impulsos, adecuar la conducta a las normas,
respetar normas y leyes, mostrar un comportamiento socio sexual apropiado.
5. Utilización de la comunidad:
Habilidades relacionadas con una adecuada utilización de los recursos de
la comunidad incluyendo: el transporte, comprar en tiendas, grandes almacenes y
supermercados, utilización de otros servicios de la comunidad (por eje. bombas
de gasolina, tiendas de reparación, consultas médicas), teatro, cine y visitar
otros lugares y eventos culturales. El comportamiento en la comunidad,
comunicación de preferencias y necesidades, interacción social, aplicación de
habilidades académicas funcionales.
6. Autodirección:
Habilidades relacionadas con realizar elecciones, aprender a seguir un
horario, iniciar actividades adecuadas a los lugares sus condiciones,
respetando horarios e intereses personales. Completar las tareas necesarias o
requeridas, buscar ayuda en casos necesarios, resolver problemas en situaciones
familiares y en situaciones novedosas, demostrar acertividad adecuada y
habilidades de autodefensa.
7. Salud y seguridad:
Habilidades relacionadas con el mantenimiento de la salud, tales como:
alimentación , hábitos de higiene personal y del medio, identificar síntomas de
enfermedad, tratamiento y prevención de accidentes, utilización de primeros
auxilios, uso responsable de su sexualidad, consideraciones básicas sobre
seguridad (por eje. seguir las reglas y leyes, utilizar el cinturón de
seguridad, cruzar las calles, interactuar con extraños, buscar ayuda), asistir
a chequeos médicos regulares, protegerse de comportamientos criminales, comunicar
preferencias y necesidades, participar en interacciones sociales y aplicar
habilidades académicas funcionales.
8. Académicas funcionales:
Habilidades cognitivas y habilidades relacionadas con aprendizajes
escolares, que tienen además una aplicación directa en la vida. Por ejemplo:
escribir, leer, utilizar de un modo práctico los conceptos matemáticos básicos,
conceptos básicos de ciencias y todo aquello relacionado con el conocimiento
del entorno físico y la propia salud y sexualidad, geografía y estudios
sociales.
Es importante destacar que esta área no se centra en los logros
correspondientes a un determinado nivel académicos, sino, más bien, en la
adquisición de habilidades académicas funcionales que le permitan al individuo
términos de vida independiente.
9. Ocio y tiempo libre:
Hace referencia al desarrollo de intereses variados de tiempo libre y
ocio (por eje. entretenimiento individual y con otros), reflejar las
preferencias y elecciones personales, utilización y disfrute de las
posibilidades de ocio del hogar y de la comunidad, participación de las
actividades recreativas individuales y grupales, respetar turnos de
participación, aumentar el repertorio de intereses, aumento de conocimientos y
habilidades. Comportarse adecuadamente en lugares de ocio y tiempo libre,
aplicar habilidades funcionales académicas, exhibir habilidades de movilidad.
10. Trabajo:
Habilidades relacionadas con poseer un trabajo a tiempo completo o
parcial en la comunidad, comportamiento social apropiado y habilidades relacionadas
con el desenvolvimiento del trabajo (por ejemplo, finalizar las tareas,
conocimiento de los horarios, habilidades para buscar ayuda, recibir críticas y
mejorar habilidades; manejo del dinero, localización de recursos financieros y
aplicación de otras habilidades académicas funcionales, habilidades
relacionadas con el ir y volver del trabajo, prepararse para el trabajo, manejo
de uno mismo mientras esté en el trabajo, interacción con los compañeros.
FASE 2: Desarrollo de un currículo funcional
Es tarea
del profesor de educación especial el coordinar e integrar toda la información
recogida por los distintos profesionales. Dado que los servicios educativos son
prioritarios durante el entrenamiento del estudiante, se recomienda que el
profesor utilice la información obtenida en el inventario ecológico como
esquema para identificar los objetivos prioritarios de intervención y para
coordinar la prestación de servicios. Una estrecha y continua consulta entre
los distintos profesionales implicados en el proceso de desarrollo del
currículo permitirá la integración de metas y objetivos comunes a lo largo de
todos los servicios.
Deben
tomarse decisiones acerca de que habilidades enseñar primero. La regla
principal es seleccionar para su instrucción inmediata aquellas habilidades que
el alumno requiera con mayor frecuencia para funcionar de modo más
independiente en un entorno lo menos restrictivo posible. Las habilidades
consideradas como críticas para acceder a ambientes futuros o cruciales para la
salud o seguridad del alumno suelen ser las de mayor prioridad para su
instrucción.
FASE 3: Análisis de la conducta
Antes de
desarrollar objetivos educativos para establecer objetivos a corto y largo
plazo se ha de recoger información detallada acerca de los comportamientos
específicos encontrados. Así, cuando los objetivos incluyan la adquisición de
nuevas conductas, se deben realizar análisis de tareas para convertir los
objetivos a corto plazo en objetivos comportamentales durante la instrucción.
La mayoría de los objetivos a corto plazo se centrarán en la adquisición de
nuevas habilidades o en la generalización de habilidades existentes y algunas
estarán relacionadas con la reducción de comportamientos excesivos desadaptados
o dañinos. En estos últimos casos es esencial un análisis funcional. Se supone
así que la conducta observada es una función de variables específicas
existentes en el entorno. El análisis funcional facilitará el desarrollo de
estrategias de intervención permitiendo un cuidadoso examen del entorno físico
y social que rodea a la conducta de interés.
Para
analizar la conducta de un sujeto se analizará como éste desarrolla diversas
tareas. Para esto se realizará un análisis de tareas individualizadas que tome
en consideración las habilidades y limitaciones del sujeto y se desglosarán las
tareas en los pasos que los componen. Para este análisis habrá que identificar
una a una las habilidades funcionales que supongan un objetivo educativo,
definirla y describir el lugar y materiales más apropiados para la ejecución
natural de dichas habilidades y por ultimo desarrollar las tareas tal y como
éstas se llevan a cabo en el lugar seleccionado, utilizando los materiales
elegidos y observando a personas que muestren destreza en la ejecución de las
mismas.
El objetivo
final es lograr que el estudiante utilice las habilidades necesarias en el
entorno natural y las generalice. Por ello y teniendo en cuenta que quizá la
instrucción es difícil de llevar a cabo en entornos naturales, habrá que
evaluar directa y regularmente los resultados, y si no se observa una adecuada
generalización se debe proporcionar instrucción adicional en entornos
naturales.
EVALUACIÓN PSICOLÓGICA-EMOCIONAL:
Las
personas con retraso mental son tan vulnerables a problemas de conducta y emocionales
como el resto de las personas, pero estas dificultades apenas se han estudiado
de manera sistemática y su tratamiento siempre se ha considerado de escasa
prioridad en psicología y psiquiatría. La escasez de estudios existentes puede
explicarse por la falta de atención que se ha concedido desde siempre a la
psicopatología infantil, y por la dificultad de efectuar un diagnóstico
diferencial preciso, habiéndose concentrado los esfuerzos en el funcionamiento
intelectual y adaptativo.
El
concepto conocido como "eclipse diagnóstico" ha dado cuenta de la
falta de diferenciación entre los dos diagnósticos. Se trata de aquellos casos
en que la presencia de retraso mental oculta la importancia diagnóstica de una
alteración mental colateral. En otros casos, puede deberse a un intento de
evitar una futura estigmatización social al añadir un diagnóstico psiquiátrico
a personas diagnosticadas de retraso mental. El diagnóstico exclusivo del
retraso mental puede estar oscureciendo otras patologías que le acompañan. El
diagnóstico dual o múltiple en el retraso mental no es tan infrecuente como
parece. En la mayor parte de los textos de psicopatología infantil se tiende a
confundir retraso mental y psicopatología.
La
confusión entre ambos términos puede deberse a que: 1. El retraso mental es
considerado como una forma de patología; 2. Falta un reconocimiento por parte
de los psicólogos clínicos y los psiquiatras infantiles de que los niños y
jóvenes con retraso mental deberían recibir una atención considerable por parte
de la comunidad de salud mental; 3. Dificultad de tratar a las personas con
ambos diagnósticos.
4. EVALUACION:
La
evaluación tiene como objetivo determinar si existe psicopatología o problemas
psicológicos así como para identificar y descubrir la naturaleza del problema.
El procedimiento más utilizado para establecer un diagnóstico diferencial es la
entrevista.
La mayor
parte de los procedimientos de evaluación se han desarrollado para su
utilización con adultos de inteligencia normal. Cuando se evalúa a personas con
retraso mental es necesario realizar modificaciones de los procedimientos y las
instrucciones ya que la falta de desarrollo cognitivo puede provocar una
incapacidad para comprender conceptos abstractos, procesos complicados de
información o retener contenidos. También, la medicación, en su caso, puede
alterar la conducta, la atención y la concentración, y la presencia de
múltiples discapacidades físicas puede contribuir al desarrollo de problemas
psicológicos, así como influir en el propio proceso de evaluación.
5. LA EVALUACIÓN DEL RETRASO MENTAL SEGÚN LA AAMR
a) El enfoque multidimensional:
La nueva
definición está basada en un enfoque multidimensional que pretende ampliar la
conceptualización del retraso mental, evitara la confianza excesiva depositada
en el CI como criterio para asignar un nivel de retraso mental. Pretende
relacionar las necesidades individuales del sujeto con los niveles de apoyo
apropiados. También, describir los cambios que se producen a lo largo del
tiempo y evaluar las respuestas del individuo a las demandas presentes, a los
cambios del entorno y a las intervenciones educativas y terapéuticas.
Para ello
establece cuatro dimensiones diferentes de evaluación:
·
Dimensión I: Funcionamiento intelectual y habilidades adaptativas.
·
Dimensión II: Consideraciones psicológicas/emocionales.
·
Dimensión III: Consideraciones físicas/salud/etiológicas.
·
Dimensión IV: Consideraciones ambientales.
El nivel de retraso debe ser determinado por un profesional cualificado que examinara la inteligencia conceptual del individuo. En algunos casos puede ser necesaria una evaluación interdisciplinar.
El nivel de retraso debe ser determinado por un profesional cualificado que examinara la inteligencia conceptual del individuo. En algunos casos puede ser necesaria una evaluación interdisciplinar.
El criterio para
determinar la existencia de una limitación intelectual significativa es la
obtención de una puntuación en rendimiento en inteligencia conceptual de
alrededor de dos o más desviaciones típicas por debajo de la media. Esto supone
una puntuación típica de aproximadamente 75-70 o inferior, basándose en escalas
con una media de 100 y una desviación típica de 15. Si las medidas
estandarizadas no son pertinentes al caso (por ejemplo, por razones de
diversidad cultural), se debe recurrir al juicio clínico. En este caso, una
limitación significativa supone un rendimiento inferior al alcanzado por
aproximadamente el 97% de las personas de su grupo de referencia (en términos
de edad y ambiente cultural).
Los tests de
inteligencia constituyen tan sólo una parte de todo el proceso de evaluación de
la inteligencia, por ello es necesario servirse de otros medios de evaluación y
utilizar el juicio clínico para determinar si una puntuación de CI dada es
válida o no para un determinado individuo. Dado que el funcionamiento del
individuo en situaciones de la vida diaria debe ser consistente con el
rendimiento obtenido en medidas estandarizadas, si no se observa esta
congruencia debe ponerse en tela de juicio la validez de las medidas obtenidas
a través de los tests.
Además, es necesario
tener en cuenta que un CI de 70 no constituye una puntuación precisa sino un
margen de confianza basado en parámetros de, al menos, un error estándar, esto
equivale a puntuaciones entre 66 y 74 (probabilidad de 2/3), o parámetros de
dos errores estándar, esto es, puntuaciones entre 62 y 78 (probabilidad de un
95/100). Este hecho debe estar presente en todo diagnóstico de retraso mental.
VI.3.2. Dimensión II:
Consideraciones psicológicas y emocionales
Una importante minoría
de las personas con retraso mental puede requerir algún tipo de servicios de
salud mental. La coexistencia de retraso y de enfermedad mental en un mismo
individuo constituye un reto tanto para el diagnóstico como para el
tratamiento. Entre un 20 y un 35% de personas no institucionalizadas con
retraso mental suele ser diagnosticada además como enfermo mental. Esto se ha
tratado en el punto V. En cuanto a la planificación de servicios, una de las
principales necesidades, tanto para personas con retraso mental como con algún
tipo de enfermedad mental, es la implantación de programas que incrementen la
independencia/interdependencia, productividad, e integración comunitaria.
Además, unos servicios de habilitación adecuados deben incluir, tanto un apoyo
médico o farmacológico como un apoyo comportamental. Con relación a los apoyos
psicofarmacológicos tener en cuenta la falta de estudios rigurosos que provoca
una desigualdad de opiniones respecto a su conveniencia.
VI.3.3. Dimensión III:
Consideraciones físicas, de salud y etiológicas
Les personas con retraso
mental pueden presentar los mismos problemas de salud que las personas sin
retraso mental. Sin embargo sus efectos pueden ser diferentes debido a sus
limitadas capacidades para afrontarlos ya que podrían no entender las
necesidades de tratamiento, presentar dificultad de comunicación,
interpretación inadecuada de los síntomas, presentar problemas múltiples o
alteraciones previas al retraso mental. Estos problemas deberán ser conocidos
por el examinador, así como el tratamiento que se le está proporcionando.
Cada diagnóstico deberá ser
listado por separado, utilizando códigos estandarizados tales como la
Clasificación Internacional de las enfermedades (ICD) o la Terminología de
Procedimientos habituales (CPT), para su codificación. Si no existen problemas
de salud o si existen potencialidades especialmente desarrolladas se indicaran
estas circunstancias.
CONCLUSIONES:
A) El retardo mental presenta
deficiencias en la conducta adaptativa. Se manifiesta antes de los diecisiete
años y las causas pueden ser de origen biológico o psicosocial
B) El entrenamiento y la educación especial pueden comenzar desde la
lactancia, lo cual incluye destrezas sociales para ayudar a la persona a
desempeñarse de la manera más normal posible. Es importante que un psicólogo
especialista evalúe otros trastornos afectivos en la persona y les brinde
tratamiento
C) Es importante el ambiente sociocultural en el que el sujeto se desarrolla,
porque puede influir en el ambiente psicosocial (comunidad local, y factores
específicos étnicos, culturales o religiosos) los que pueden afectar las
experiencias y contactos con su medio. La evaluación del ambiente psicosocial,
puede no entregar ninguna información sobre los factores causales en algún caso
en particular, pero los factores psicosociales pueden ser contribuyentes.
D) La evaluación adecuada del individuo con Retardo Mental debe incluir la anamnesis del familiar acompañante y la observación del sujeto en su ambiente habitual; por que así nos permitirá descubrir lo que le sucede al sujeto cuando sube o baja una escalera, corre una pelota en el patio o cruza la calle.
REFERENCIAS:
·
“Psicología clínica infantil y
juvenil”, psicólogo clínico infantil Sergí Bonus
(Catalunya-España), publicado el 19 de Abril del 2012, sitio web: http://www.psicodiagnosis.es/areaclinica/trastornossocialesintelectuales/elretrasomental/index.php
·
“ICAP(Inventario para la Planificación de
Servicios y Programación Individual)”,
José Cruz, publicado el 6 de noviembre del 2011, sitio web: http://materialpsicologico.blogspot.com/2009/04/icap-inventario-para-la-planificacion.html
·
“Retraso
mental”, Psicoactiva, sitio web: http://www.psicoactiva.com/infantil/retraso.htm
·
“Retraso mental”, Saludia Interactiva, publicado el 4
de julio del 2003, sitio web: http://www.saludalia.com/docs/Salud/web_saludalia/temas_de_salud/doc/pediatria/doc/doc_retraso_mental1.htm
·
“Psicología Anormal”, de Irwin G. Sarason y Bárbara R.
Sarason, sétima edición, 1996, páginas del 511 al 514.
·
“Guía de bolsillo de los trastornos
mentales CIE-10” ,
Organización Mundial
de la Salud ,
primera edición, 2004, páginas 184 al 186.

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